Vernáculas Incapturables

Tomas Guzmán Sánchez
Comunista, Campus Comum

Había en mi la impresión de que el cotidiano apareja cierto reflejo del infierno. Un tiempo que varía en su mismidad, levantando su mirada en un recorrido suspendido a expensas de lo rutinario. Burocracia de la calle. Demiurgo que organiza las penitencias en las almas de los oficinistas, vendedores ambulantes, vigilantes y fachadas. Mercancías con las piernas de cemento que merodean los ventanales de la ciudad.

Deambular sus gestos prisioneros, enrejados e insoportablemente luminosos. Desviarnos por donde las sutiles siluetas buscan escapar al fetichismo de la realidad. Espiar por sus rendijas y decadencia su completa distorsión. Experimentar en la dulzura del hartazgo sus tiempos saturados, hasta encontrar en su ruptura el no reflejo. Invocar lo que ya nunca será igual, aunque parezca repetirse.

Perderme, así, junto a ella. Estar fuera del espejo. Desencontrarnos con nuestros contornos. Extraviarnos sin retorno en un común fuera de lo común como parias en el infierno. Vernáculas incapturables.