Contrastes

Laura Helda González Nieto
Comunicóloga, músico e fotógrafa

Le pido permiso al día
para empezar la jornada,
quiera Dios que mi versada
tenga valor y poesía.
Fragmento del son jarocho mexicano “El Siquisirí”

La Ciudad de México es un mosaico de contrastes, donde quiera que se mire hay historias que ver y contar, en esta ocasión, presentaré un vistazo a mi cotidianidad.

En mi vecindario, la mayor parte del tiempo reina la tranquilidad, vivo en el norte de la ciudad, en una zona industrial que poco a poco ha ido transformándose con el tiempo.
El ritmo ajetreado de la urbe, hace de mi casa el refugio al que corro a resguardarme, donde habitan mis preciadas jaranas, que toco casi diario cuando el cansancio o las demás ocupaciones me lo permiten; el armonioso sonido de sus cuerdas me transporta a lugares de ensueño. La música es una parte importante en mi vida, gracias a ella he conocido a personas maravillosas, escritores, artesanos, grandes amigos que han dejado huellas y recuerdos en mi corazón y en mis paredes.
Mi calle es algo transitada, quizá sea porque está entre dos avenidas grandes, casi siempre se ve pasar de todo, camiones repartidores de gas, recolectores de basura, gente… Tengo la fortuna ( o la mala suerte) de tener mi habitación justo con vista hacia la calle; desde las alturas, puedo ver el exterior, disfrutar la hermosa luz que se filtra por las tardes, entretenerme un rato viendo sin que se den cuenta a los pajaritos que cantan y revolotean en el árbol junto a mi casa o por las noches de fin de semana, refunfuñar un poco por algunos vecinos ruidosos que interrumpen mi sueño y el de mis mascotas.
Así transcurren los días en mi barrio.
Hace algún tiempo que vivimos aquí, cerca de once años, puedo decir que prefiero este vecindario al anterior donde vivíamos, aquí, las calles son amplias, hay muchos árboles, transporte y negocios variados, mi hogar es agradable, nada parece faltar. Sin embargo, como la vida misma, nada es perfecto. Es curioso apreciar cómo unas cuantas casas o metros rompen esta aparente perfección, del lado izquierdo, prevalece la parte más activa de mi calle, donde el transporte público y los negocios aledaños le dan un aire más dinámico. Por otra parte, el lado derecho parece desvanecerse entre lo gris del asfalto, hay un pequeño taller mecánico donde se ven estacionados temporalmente algunos automóviles en espera de ser reparados; los tenis colgados en los cables indican que en ese sitio se vende droga por menudeo y por las noches, este lado de la calle luce desierto. Esto también es parte de lo que veo desde mi ventana casi todos los días, ojalá no fuese así, este fenómeno se ha ido incrementando de una manera preocupante con el tiempo. Espero que las cosas cambien para bien.
Con estos contrastes, se va mimetizando mi vida, mi cotidianidad con la de muchas otras personas de mi ciudad, de mi país. Me gusta imaginar otras realidades confluyendo con la mía al mismo tiempo, en distintas partes del mundo. Será grato conocernos a través de nuestras imágenes, de nuestros textos. Quizá experimentemos sensaciones semejantes que nos hermanen, quizá veamos en nuestras fotos algún detalle que nos teletransporte hasta el lugar donde fueron capturados estos instantes, tan distintos y similares a la vez.